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CARAJICOMEDIA - Coplas I a XX (Anónimo)

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Siguese una especulativa obra intitulada Carajicoxedia, compuesta por el Reverendo Padre Fray Bugéo Montesino, imitando el alto estilo de las Trezientas del famosísimo Poeta Juan de Mena. Dirijida al muy antiguo carajo del noble Caballero Diego Fajardo, que en nuestros tiempos en gran lujuria floreció en la ciudad de Guadalajara; por cuyo fin sus lastimados cojones, fueron llevados y trasladados en la Romana Ciudad: cuya vida y martirio, la presente obra recuenta.

Muy Magnifico Señor,

Como un dia, entre otros muchos oradores, me hallase en la copiosa librería del colejio del señor sant Estravagante, donde al presente resido, leyendo unos sermones del devoto padre Fray Bugeo Montesino: hallé la presente obra, que este Reverendo Padre copiló para su recreación, después que correjió el Cartuxano. E porque me parece cosa contemplativa y devota para reyr; acordé de la trasladar del fenjido lenguaje en que casi como infición poética estaba; en este cruel castellano en que va, y asimismo, sobre ello, lo mejor que según mi devoción pudiere, declararé algunas escuras sentencias, que en ella hay, con alegaciones de los asuetos autores, que en ella se verán: considerando el trabajo que en ello tomase, ser servicio á vuestra merced, y provecho á los oyentes, y a mi descanso. E si según las grandes mercedes que de vuestra mercéd he recibido, pequeño servicio este le pareciere, para mi desculpa le suplico, se acuerde del famoso dicho de Virjilio — '' Non minus regia res est modicum accipere quam plurimum daré."




Al muy impotente carajo profundo
de Diego Fajardo, de todos ahuelo,
que tanta de parte se ha dado del mundo
que ha cuarenta años que no mira al cielo,
aquél que con coños tuvo tal zelo
cuanto ellos del tienen, agora desgrado ; aquél qu'está siempre cabeza abajado,
que nunca levanta su ojo del suelo.


Asi, muy Magnifico Señor, como cualquiera obra para ser mas durable, requiere tener muy firme cimiento: asi ésta, para mejor ser entendida, conviene en esta primera copla, hazér perfeta declaración; pues es paso primero y comienzo do toda se funda. Y para esto es de saber: que este Diego Fajardo fué un caballero de Guadalajara, de noble linaje, en cuyo nacimiento crueles señales mostraron su vida. Del cuál afirma una gran puta vieja que hoy en la dicha cibdád reside, que fué su partera; que nació la lengua sacada, y regañado y arrecho. Asimismo se lee de su vida en el " Putas Patrum," que desde doze ó trez años, tomó tanta devoción con Venus, que dejadas las obras militares, y vanidades de este mundo, las mas noches andaba desatacado de puta en puta. Desto son autores, infinitos trincaderos dellas. Asimismo se lee, que siendo ya venido á la vejez, y conociendo sus grandes pecados, que en su juventud habia cometido, se acordó, de retraer en un apartado tabanco ó bodegón, y alli (sentado en una silla, continuamente le veyan con el miembro en la mano izquierda, y la derecha abierta, llena de cuartos y ardites, con que daba crecidas limosnas á los pobres coños que por alli pasaban : Y continuando el Injurioso caballero esta vida, cargándole mas la vejez, no podiendo ya tomar refeciún, fuele forzado caer en cama : Y allí estando, á cuantos le venían á ver, contaba las lujuriosas hazañas, que en su vida habi' acometido. Y como ya él conociese, ser en los postreros dias de su vida ; un dia hizo convocar muchos coños, y predicóles gran rato, incitando los cojones muy largos, y el pendejo muy blanco: — movidos á riso, dieron ant'él crudas risadas, despreciando sus amonestaciones. De lo cuál, él movido á gran dolor, mandó sopena de su visión, que muerto, su carajo fuese llevado al Coliseo de Roma ; diciendo tales palabras: — " O ingrata patria! non possidebis natura mea.'' — Y asiéndose délos cojones, su amortiguado carajo espiró ; quedando el triste de Fajardo en la cama, donde hoy en dia permanece. Y para su consolación, este breve tratado le fué compuesto por el sobredicho Padre.




Habla el autor. Copla 2 a .

Tus casos falazes, carajo, cantamos,
tus ferozidades, bravezas no pocas:
dizes que sueles romper por las rocas,
Y d'esto mil coños, quejosos hallamos,
que jüntanse y dizen, "No le creamos,
puesque le vemos mas flojo qu'espuma:
demás d'esto tiene tan blanca la pluma
que solo de verlo, descuido tomamos."


En la declaración dé la 1ª. copla, se contiene, lo que en esta, por escusár prolijidad se calla, por no tener nueva sentencia.

 

Llama y invoca D. F. á la Lujuria. Cop. 3ª

O tu, lujuria, me sey favorable,
dándome alas, de ser muy furioso :
Y tu no consientas tal caso injurioso

en este tan tuyo y tan amigable :
qu'estoy tan perdido, inrecuperable
que ya no s'espera de mi mas simiente,
soy aborrecido de toda la jente,
que no hay en el mundo coños que me hable.


Asi como los poetas acostumbran invocar las Musas, les ayuden en sus obras ; asi Fajardo, no conociendo otra Musa, invoca la Lujuria en su vejez. 




Desculpa el Autor á Fajardo. Cop. 4 a .
.

 Cierto, no creo que fuesen menores
sus viejos deseos, d'entrár en la lid,
que fueron los hechos del famoso Cid,
el uno en batallas, y el otro en amores :
mas la senetúd, y esquivos dolores,
por largo discurso le tienen en cama
y tiene el amargo, dañada la fama
por ser de sus obras los coños autores.


Quien fué el Cid, en España os muy manifiesto: Y quién Diego Fajardo sea, ya se ha dicho algo, y cuantas putas hay en Castilla, lo saben y son dello autoras. 



Torna á invocar diego F. a la Lujuria. Cop. V.

Ya, pues, derrama de tus caldas fuentes,
de tantos ardores, á mi uno solo,
Y haz mi carajo, mas tieso que bolo,
que pueda hazér, mintrosas las jentes.
A esto que pido, mostradvos presentes,
dos mil putas viejas, pasadas que lloro,
con armonía del dulce tesoro
con que gozábades los inocentes.



Descúlpale mas, y compara. Cop. VI.

La gran Babilonia, que ovo cercado
la madre de Niño, de tierra cozida,
si ya por el suelo nos es destruida,
cuánto mas presto, carajo cansado ?
Y si los muros que Febo ha trabado
argólica fuerza pudo subvertir,
razón es que haga curso el hodér
en quien tanto tiempo lo ha ejercitado.


En esta copla y sus estorías, me remito a J. de Mena. En lo que toca a Diego Fajardo, claro parece al pie de la letra.



Invoca el mismo D. F. á una Putavieja, alcahueta y hechizera. Cop. VII.
.

Dame remedio, pues tú, sola una,
eres, á quien, pedirle me atrevo,
pues resucitas y hazes de nuevo,
lo muerto, lo viejo, sin dubda ninguna.
Pon mi potencia en cuerno de luna,
las venas del miembro, estiendan, engorden,
vayan mis hechos en tanta desorden,
que no deje casa, que no tenga cuna.


Quien esta puta vieja sea, dizen muchos pregoneros, ser natural de Zamora : en donde en pago de sus dos oficios, públicamente fué azotada, y encorozada. Y vinose á la Villa de Valladolid, donde se llamaba ' la Zamorana'. Aqui puso tienda de sus obras, y la mantiene mucho á su provecho, y costa dé los que con ella tratan. Y cierto, sus ditados no están en ella mal empleados, la cual yo muy bien conozco, por devoción que tengo en su botica con su hija.


Disputa Diego Fajardo con esta vieja. Cop. VIII.
 
La regla del culo, enjemplo te sea,
mira, conoce, su grande deporte,
cuando cojones le son contrahorte,
ó arrecho carajo, quizá devanea,
bajando el encuentro, de donde desea
qu'éste tal caso, en muy breve suma,
pone á deshora, al coño en gran ruma
pensando qu'en ley itálica crea.

En esta copla de soso, disputando Diego Fajardo con la vieja, la ejemplifica que mire el gran sinsabor qn'el coño toma cuando algún mal hombre, deja á él por su cagado rerino : al efeto de lo que dize, adelante se dirá en la siguiente copla.



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Prosigue D. Fajardo, rogando á la vieja. Cop. IX. 

Pues como tu, vieja, rejir tales cosas
con grandes maneras, y orden te plaze,
pon en mi miembro, algo que alze
las venas vejazas, qu'están deseosas,
de ver sus narizes, sañudas, mocosas,
y haz que se queden, así tan eternas,
que á todas las cricas, futuras, modernas,
espanten, y pongan menazas, furiosas.




Prosigue. Cop. X.

Mas, bien acatada tu vieja semblanza,
parecesme bruja, sin otro distante,
magüer seas mujer, ya muy vacilante,
por esto me cumple, seguir tu ordenanza.
Pues eres nacida, por darme esperanza,
con antiguos coños, de ámos á dos,
remedíame presto, ven presto por Dios
hagamos en coños, muy cruda venganza.




Habla D. F. con la vieja y compara. Cop. XI.
.
 
-Como carajo, que va en el poniente,
si halla algún coño, que no sufre punta,
se dobla, se vuelve, porque barrunta
su fuerza allí, no ser suficiente :
empero el carajo, del barbiponiente,
si sus cojones, el culo sintieron,
nunca descansan, hasta que vieron,
el coño rompido, qu'está paciente.


Esta es una hermosa comparación, y van en ella, muy devotos entendimientos para personas contemplativas.
 



Habla D. Fajardo con la vieja aplicándole la comparación. Cop. XII.
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Asi, puta vieja, cruel aborrida,
viendo tus jestos, que son infernales,
mi par de cojones, se ponen iguales,
y aprietan mi pija qu'está muy sumida.
Mas ya porqué sea de tí socorrida
pues vive la triste marchita y en rueda,
llévame, vieja, allá donde pueda
alzarse con gozo de tan gran caída.





Ficción que pone el mismo D. F.
Cop. XIII. 
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No bien formadas mis vozes serían,
cuando muy brava, sentí mi pijona,
y luego me lleva la vieja matrona,
á mil trincaderos, que putas tenian,
y cuando las nalgas, no bien remedan,
feríalas ésta, con duro flajelo,
tanto que andaban tan altas del suelo
que nunca caderas en tierra ponían.




Prosigue y compara. Cop. XIV.
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Asi me soltaron en un patio llano,
desque andovieron, comigo en revuelta,
como á las vezes el gran coño suelta
el chico carajo, que nol hinche la mano.
Yo de tal caso, mirable, inhumano,
d'entre tantas putas salí casi muerto,
do vi multitud, no número cierto,
en lujurioso, y modo profano.

Bien clara va esta comparación, y el gran trabajo que el misero carajo de Diego Fajardo en este mundo sufrió, teniendo arriscados vandos con todo el linaje coñativo, cuanto en esta presente vida duró.





Describe D. F. Cop. XV.

Y todas las putas d'esta escritura
viéndome solo, arrecho y seguro,
alzan sus faldas, mas yo no me curo
sino de salir de tanta estrechura.
Mi necio carajo atento procura
mirar bien los jestos, de coños a tantos,
mis largos cojones, le ponen espantos,
que quite su vista, de tan fea figura.



Prosigue. Cop. XVI.


Mas ya porque antes, en otros lugares,
yo he visto tantos, do quiera que ande
qu'en ver los pendejos, sin que lo demande
conozco sus jestos, tan especulares.
Dije : — "si formas tan mucho dispares
bien no reguardo, jamás seré ledo,
si a todos dezír, y contar no lo puedo
sus nombres y vidas, tan yrrigulares.





Compara y aplica. Cop. XVII.

Como el que tiene, el espejo delante
magüer que se mire, derecho en derecho,
ni parte contento, ni va satisfecho
si halla que tiene, ruin el semblante ;
todos los coños, por el semejante,
de ver mi carajo, no hay uno contento,
que murmuradores, quejosos los siento
mi fuerza culpando, por no ser bastante.

Cierto no es de menospreciar tan contemplativa comparación, y la saludable aplicación della. 



Prosigue. Cop. XVIII.
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Estando yo así, con mucho deseo
de verme en sazón, de darles holgura,
sentí mi carajo hazerse blandura
delante los coños, que triste me veo :
no puedo creer, ni pienso, ni creo,
poder mas vivir según me apostemo,
de ver mi carajo tan puesto en estremo
que no m'aprovecha flotar su rodeo.




Prosigue. Cop. XIX.
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Mas como no tenga lujuria licencia
de dar mas aguda la inclinación,
y mas y mas en aquellos que son
privados de toda zumosa potencia,
comienza ya cuanto con nueva hemencia,
en esta mi cuyta de mucho sonár,
carajo y cojones hasta trasudar
llamando otra vieja con gran reverencia.



Prosigue. Cop. XX.
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Luego resurjen muy malas hedores,
y viene una vieja muy seca y enjuta,
en darme remedio muy sabia y astuta,
que luego potencia me muestra favores
ha mas de cien años, y finje dolores
diziendo que pare, no siendo tal cosa,
ante su jesto es loco quien osa
otras maldades nombrar por peores.


Quién esta vieja sea, el autor por vergonzoso, no lo declara: pero es de saber que ella se llamó en tiempos antigos María de Vellasco: ya por discurso de sus maldades, pereció aquel nombre. Solamente agora se conosce, y llama, hablando con reverencia la Buyza, que cierto es en la villa de Valladolid tan temeroso de oyr como el de Celestina, mas es cierto que la desdichada de Celestina se llevó la fama, y esta goza el provecho de tal nombre. Su vida es tan inominiosa, que no la quise aquí poner, por no inficionar mas el tratado. Baste, que juro á Dios que creo, ab inicio no nació mayor puta, ni alcahueta, ni hechizera, sin mas tachas descubiertas, con las cuales hoy enia permanece en la ribera d'Esgueva mesonera, y ella es la tablilla. Autores d'esto, son infinitos virgos que por su causa vierten su sangre muchas vezes, y otros la cobran. Assiqué, por esta se dize, Ínter natus mulierum non surrexit major puta vieja que María la Buyza.





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